LA MIRADA DE LOS OTROS
Un descuido en el baño de un hotel puede acabar en una sentencia definitoria.
Cada uno al final cumple con sus expectativas. Y si no, es igual, ellos se ocuparan de que así sea. ”Esfera grande, correa flexible pero rotunda, sin lugar a dudas, el reloj de un marinero”. Un descuido en el baño de un hotel puede acabar en una sentencia definitoria.
¿Es posible romper con el mazo, la mesa de madera y el jurado popular? ¿Hacer una reestructuración y mandar al desempleo a jueces, abogados defensores y fiscales?
Cuanto más camino más me duelen los pies, pero también he aprendido a sortear meandros, fieras en el bosque y violadores en las calles oscuras del sur. Sin embargo, aún no he sido capaz de acabar con ellas o de al menos, desoírlas. Las expectativas ajenas, ésas que nos recuerdan cada día quienes no somos o qué nunca llegaremos a alcanzar.
Sería maravilloso, por una vez ser reconocida por fin por lo que una misma es. Y que eso fuera suficiente.
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Aunque quien sabe...