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Mostrando entradas de octubre, 2010

SOLEDADES

En realidad es así. Ni tú ni yo somos la solución a nuestros problemas. La ciudad no es más que un nido de soledades.  Soledades que hacen el amor. Soledades que cobran 600 euros. Soledades que se odian. Soledades que se buscan. Soledades que follan en un hostal de Montera. Soledades que ríen. Soledades que echan de menos. Soledades que se emborrachan con vino de cartón para olvidar que antes ya se olvidaron de ellas.  Qué me dices, ¿nos acompañamos y ponemos en jaque tanta soledad traicionera?

DESDENTADA

Cuando la sonrisa te parezca completa, desconfía. Siempre hay una muela picada, un paleto desplazado, caries, sarro, el hueco de un diente que cayó en la última pelea.

MARCHARSE

Y no me pongo triste porque te vas soy feliz porque te tengo.

HORIZONTES

Los horizontes en la ciudad se reducen a la próxima parada.

CUANDO VENGAS

Y entonces será lunes. Poco importará haber trasnochado o trabajado, la borrachera del sábado o que se acabó el champú. Menos aún la bronca del jefe, el atasco en la CM-20, el aliento del Gerente o ser transparente como el papel celofán. Me vestiré como a mí me gusta, con mis zapatos planos y mis medias de colores y saldré a tu encuentro, a buscarte entre la gente en el andén del Metro, en una sucia estación. Me vestiré como a ti te gusta, con un vestido corto y mis ojos verdes, y el tiempo pasará impaciente, mientras yo sueño con los ojos abiertos que pierdo entre tu pelo los dedos y la soledad. [Cuando vengas todo será tan perfecto que no querré despertar].