PRINCESA DE CRISTAL
La princesa de cristal se siente fuera de lugar en este vagón atestado de gente. Ni sus zapatos DKNY ni su bolso Louis Vuitton saben de camisas de cuadros y medias "3 por 5 euros"; por eso no sonríe, manteniendo en tensión el femoral y los abdominales, no pide perdón al pisar o tolera el mal humor del de al lado; la princesa de cristal se ha equivocado de lugar y ha entrado a formar parte de mi álbum de retazos de esta oscura ciudad.