Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2011

DE AVANZAR

La primera vez debería terminar con un "te amaré siempre", y no con un teléfono descolgado y ganas de bajar a la calle a verte con tus colegas.  Conocí a Samuel en una especie de campamento de verano. Él tenía 15, yo, 16, así que no se puede decir que fuéramos especialmente jóvenes. Fue el flechazo adolescente más bonito y emocionante que una niña monjil y marimacho como yo hubiera soñado jamás: dos chicos de entornos y regiones diferentes comienzan una conversación absurda (¿qué no lo es a los 15 años?), e igualmente alejados de casa de sus padres descubren que pueden hacerse reír durante horas. Un día después están robándose besos furtivos en un pabellón.  A este principio hollywoodiense le siguieron celos, desilusión y un final tan obsesivo como triste, porque sin más, él primero desapareció, luego me negó la palabra y finalmente buscó cobijo entre los pechos de mi mejor amiga. Y es que era un niño y yo, la más boba del recreo. Y lo digo así, sin acritud, porque hoy,

UNA PIEDRA ES UNA PIEDRA

Siddhartha se inclinó, levantó una piedra del suelo y la sopesó en su mano. —Esto —dijo jugueteando— es una piedra, y dentro de un tiempo determinado quizá sea tierra, y esa tierra se convierta en planta, animal o ser humano. Pues bien, en otro tiempo hubiera dicho: «esta piedra es tan sólo una piedra, carece de valor y pertenece al mundo de Maya; pero como en el ciclo de las transformaciones tal vez llegue a convertirse en hombre o en espíritu, también he de otorgarle un valor.» Así hubiera pensado yo antes. Ahora, en cambio, pienso: esta piedra es una piedra, pero es también animal, también es Dios, también es Buda; la amo y la respeto no porque algún día pueda llegar a ser esto o lo otro, sino porque es y ha sido siempre todo. Y la amo precisamente por esto, porque es piedra y en este momento se me presenta como tal; y descubro un valor y un sentido en cada una de sus venas y concavidades, en el amarillo, en el gris, en la dureza, en el sonido que emite cuando la golpeo, en la seq

TIEMPOS MODERNOS

"Nena, eres maravillosa pero Mariola está más buena que tú. De todas maneras, hagamos una cosa, sigamos acostándonos hasta que yo me canse, al fin y al cabo, te hago un favor porque aún no alcanzaste los 360 días cotizados".  El mercado laboral es un gran burdel donde tratar de establecer una relación seria es tan complicado como caminar por la Gran Vía un viernes en un día de sol.