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Mostrando entradas de diciembre, 2010

MUNDO INTERIOR

Muchas personas buscan calor para derretir sus miedos, y si no es así, al menos para sentir que no son las únicas que llevan demasiado cargado el cubata.  No saben cocinar solas, caminar en silencio o escoger unas cortinas sin una segunda opinión, y cuando el domingo en la tarde soportan sobre la frente una terrible resaca, concluyen que no hay razón para vivir así y mojan el sábado siguiente en unos labios nuevos, encadenando relaciones con chicas que aman los zapatos u hombres que las sostienen al caminar mientras le hablan de nanopartículas,y que al final, suelen marcharse de la misma manera.  A mí siempre me ha ocurrido lo contrario. He estado tanto tiempo compartiendo gel, brick de leche y orgasmos conmigo misma que me he vuelto una especie de Mogli de la gran ciudad, algo así como una niña arrebatada a sus padres y entregada a los monos. Me recojo las lágrimas y las clasifico en cajitas según su color, y cuando no hace frío, me gusta sentarme en el parque y contarme mi infanci

PRISIONEROS DEL DEBER SER

A todo el mundo se le llena la boca con el "haz lo que sientas", pero la realidad es que más de uno y más de dos y tres, calientan un sillón que en nada se parece a la tumbona que soñaron .   Y no hablo sólo de comodidades, sino de huracanes, de lo que te sale de dentro y te repite cada mañana que ése no es el lugar donde deberías permanecer más de cuatro horas.Por desgracia todos o casi todos estamos tutelados, incluso más allá de la mayoría de edad, por los progenitores del "deber ser" y el "lo apropiado", un par de caballeros vestidos de Armani y de sonrisa encantadora que sin presión ninguna y haciéndote sentir más libre que la especulación en Wall Street, reconducen con una pulcritud perversa tus deseos más viscerales. ¿O tú has estudiado la carrera que siempre soñaste? ¿Nunca has dicho "no eres tú, soy yo"? ¿Te marchaste de aquel trabajo bien pagado porque sentías que no te llenaba? ¿O no le diriges la palabra porque te aburre y no sabes

COMPLEMENTOS

Vive pegado a la cama y al teléfono móvil. En ella se pasa una media de 16 horas al día.  A ratos empapa de lágrimas la almohada, la mayoría, duerme. De nada sirve que mire la pantalla cada cuarto de hora. Ella no va a llamar. Quisiera explicarle que yo también sufrí la pérdida de alguien, y que al final la única persona indispensable y valiosa de verdad, es uno mismo. El resto son complementos que vienen y van y que a veces -afortunadamente- se quedan.

CARTA DE AJUSTE

“Quince para las nueve –decía- aún tengo tiempo para un café, ¿quieres que te suba algo?” y tras una sonrisa solía fijarse en mis medias o el broche de mi solapa.  Así era y así siempre la recordaré, ya que no pudo despedirse. Hoy, como ayer, sigue levantándose puntualmente a las siete y de igual manera le sobra tiempo para un café. Absorta ante la pantalla gris de la televisión apagada piensa en qué hacer para rellenar la mañana. Como ya no cree en nada ni en nadie, ha vuelto a fumar.