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Mostrando entradas de septiembre, 2014

NI CONTIGO NI SIN TI

Su relación era como los puercoespines de Schopenhauer: si se acercaban demasiado con el fin de calentarse, se lastiman con sus púas; si no, temblaban todo el invierno de puro amor*. *Un día crudísimo de invierno, en el que el viento silbaba cortante, unos puerco-espines se apiñaban, en su madriguera, lo más estrechamente que podían. Pero resultaba que, al estrecharse, se clavaban mutuamente sus agudas púas. Entonces volvían a separarse; pero el frío penetrante los obligaba, de nuevo, a apretujarse. Volvían a pincharse con sus púas, y volvían a separarse. Y así una y otra vez, separándose, y acercándose, y volviéndose a separar, estuvieron hasta que, por fin, encontraron una distancia que les permitía soportar el frío del invierno, sin llegar a estar tan cerca unos de otros como para molestarse con sus púas, ni tan separados como para helarse de frío. A esa distancia justa la llamaron urbanidad y buenos modales.  (Los Puercoespines, Schopenhauer).

ADIÓS

Esta casa está podrida. Las maderas ya huelen y la humedad amenaza tormenta, derrumbamiento.  Retomo mi viejo diario para escribir las últimas palabras de este episodio tedioso y hostil. Nunca más me haré fuerte en un pequeño agujero donde no se me quiere. Nunca más me convenceré de que debo demostrar que estoy por encima de nada o de nadie. Nunca más dejaré que me pisoteen aunque sea en silencio y cada vez que me vuelvo o abandono el cuarto. La humildad y la grandeza no son producto del trabajo ni quedan ancladas a los muebles o paredes de una habitación.  La humildad y la grandeza desaparecen y vendrán conmigo allá donde en verdad me quieran. No volveré a permitir que ningún ser mezquino me dañe en lo más mínimo. No volveré  a esta casa. La veré caer desde la distancia.  Adiós . 

SURREALISMOS

Quise cerrar la puerta y me pusiste la mano. Abrí las ventanas y voceaste que el aire estaba dado. Cociné la tarta de mi abuela para ti y me reprochaste que tuvieras cartucheras.  Para surrealismos, chica, prefiero los de Dalí.