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Mostrando entradas de octubre, 2012

LA CARRERA DE LOS EX

En la vida, como en todo, los hay sprintianos , especialistas en la carrera de fondo, quien echa mano de las bolsas de sangre para manejar su mono* y quien prefiere retirarse sin más y esperar a que el cuerpo vuelva a ponerse a tono. No importa mucho el tiempo que haya pasado, el reencuentro con un ex siempre despierta extrañas sensaciones. A pesar de tener bien claro que aquello que sentiste se ha terminado, cruzártelo por la calle, saber de él por bocas de otros o descubrir en Facebook que tiene nueva chica, suele convertirse en un viaje obligado a un tiempo pasado que no necesariamente tuvo que ser mejor. Entonces una hace balance y se siente orgullosa de lo bien que supo dejar atrás aquella cosa, de los errores cometidos, de lo que jamás debió suceder y de cómo aquel túnel que parecía no tener fin un día desembocó en una hermosa pradera. Más allá de imágenes románticas y halagadoras, es cierto que también el tren hace parada obligada en los tiempos en que la premura po

MODO "MUTE"

El mundo se ha desvirtuado tanto que a veces se me hace más interesante cerrar los oídos e imaginar qué hablan sus personajes. He cambiado el güisqui por la tila y el sonido por el silencio en mi televisor. En el canal 19, Jack Nicholson fuma en pipa vestido de traje y corbata. Al fondo le observa un policía calvo de medio mostacho mientras se rasca la nariz. Un hipnotizador ha puesto a hacer el perrito a una cincuentona en la siete, e instantes después aparece un psicólogo clínico ante el cual parece defender su innegable poder.  El mundo se ha desvirtuado tanto que a veces se me hace más interesante cerrar los oídos e imaginar qué hablan sus personajes. "Eres una chica tremendamente inteligente", dice mi profesor. "Ya no tienes que preocuparte, estás curada", comenta mi terapeuta. "Desde que te vi  no he podido dejar de pensar en ti", me confiesa un desconocido. "Eres nuestra principal candidata, reconoce el responsable de Recursos Humanos&q

VERSOS URBANOS

En la ciudad la prisa es una inercia y tu recuerdo, una traición con sabor a verdad, saber perder es la lección final del libro que la maestra jamás alcanza a explicar, mis cicatrices, un verso a medias por el miedo a fracasar, la ira del tendero el sonido mudo de los orgasmos callados y mi costumbre de escribir en el metro uno de mis hábitos más saludables después de follar. No castigues mi falta de fe ni mis faltas, y pregúntale a un taxista si quieres tomarle el pulso a la ciudad.