LOS DÍAS GRISES

No es la primera vez que estoy aquí. Curiosamente siempre me recuerdo en verano. En verano, con pareja y sola, tratando de reconstruir no sé el qué en un solar desolado. 

Lo he intentado varias veces, pero no soy capaz. Escribir diarios es cosa de valientes. Yo aún no estoy preparada para hacerme cargo de ciertos episodios de mi vida. Se me siguen haciendo bola, como los champiñones, aunque disimule con elegancia cada vez que me como una pizza carbonara.

Creo que me voy a morir pensando que hay partes de mí que no vas a poder entender nunca. Mi profundo autodesprecio, la vergüenza de no ser suficiente y la tristeza que a veces me invade, extremadamente vívida desde adentro, y desde a fuera, tan irracional.

La escucho atenta. Tiene 18 años, ganas de comerse el mundo y mucho miedo. Ojalá alguien a su edad me hubiera dicho que no había nada malo en mí. Ojalá alguien pudiera decírmelo ahora, porque yo no me creo.

Beber cerveza y escuchar Un golpe de suerte desbloquea mi saber estar, la condena del ser perfecta. Algo que jamás muestro a nadie.

Los días grises, ya no son tan grises (pero sigo sintiéndome extraña).

Comentarios

Entradas populares de este blog

B.

CÓMO NO ME VAS A QUERER

CARTA-CANCIÓN