LA NIÑA DE PORCELANA
La niña de porcelana estudia Comercio Internacional y gasta escote y piernas largas. Su piel es clara como el gotelé y su nariz, chata como el escalón de mi cocina. El brillo de su maquillaje deslumbra las miradas de pequeños hombres de veinte años que sueñan con presentársela a su madre o tirársela en los baños de un bar.
Yo, sin embargo, soy más bien de cerámica. Quizá por eso nunca acabo de romperme.
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Salud-itos