CANSADA
“La columna vertebral está formada por 26 huesos llamados vértebras, separados entre sí por unas almohadillas de tejido blando, llamados discos intervertebrales”.
Así rezaba mi libro de texto a los 12 años, e igual que mi vecina, el Padre Nuestro, yo recitaba la lección. De pequeños, e incluso de grandes, muchos se preguntan cuánto de importante o de superfluo hay en que te enseñen en la escuela que todos nos sostenemos sobre 26 pequeños huesos. “Necesario para poseer un bagaje al menos mínimo de cultura general”, responden sus partidarios, pero es más que eso.
Al estrenar ciudad me entusiasmé. Pensé que quizá pudiera ser definitivo. Sin embargo, meses después planeé una huida al otro lado del charco. Naufragué. La recién demasiadopronto casada, mi amigo el poeta y yo, compartíamos una Ensalada de la Huerta en la taberna del pueblo. “En algún momento hay que echar raíces, no se puede vivir en constante tránsito, ¿no crees? Puedes acabar siendo dueña de un destino desorientado”. Por las mañanas somos más altos, nuestros discos intervertebrales, como nuestra cabeza, han podido descansar y liberarse del peso y la presión a los que nuestro cuerpo les somete durante todo el día. Recuperan su forma original, se hinchan. Disfruté decorando el cuarto a mi gusto.
La primera y hasta la segunda vez. Acepté aquel trabajo creyendo que en realidad, lo que necesitaba en mi vida era una cierta estabilidad. Hoy me siento cansada de la posición de mi cama, del camino hasta el mismo Metro a las ocho de la mañana y del sonido del pájaro que descansa sobre el canalón. “La labor de los discos intervertebrales es esencial, ya que estos actúan como ligamento que mantiene unidas las vértebras, permiten el amortiguamiento e impiden su fricción, algo fundamental para evitar lesiones y enfermedades de suma gravedad”.
Es hora de encontrar sobre qué mantenerme erguida, de aferrar los “deberes” para que no patinen sobre los raíles de un vagón cuyo destino desconozco, porque mientras me canso del mundo, alguien se cansa de mí.
Comentarios
Es difícil decidir donde quedarse parado, y a veces uno lo decide y todo sale mal, o sin pensarlo, lo hace... suerte e intenta vivir lo mejor que puedas, y si tienes que moverte, espero que tengas mucha suerte.
Siempre te leo y nunca te comento pero ahora es el momento...
Yo también estoy cansada, es una sensación extraña en mí pero así es.
Sientate en el sillón de la vida y deja la vida pasar un rato.Piensa y todo volverá a su cauce.
Un besito.
Por ahora no nos movemos,no vaya a ser que me mueva y acabe siendo una parada más, como creo que estás tú, ¡suerte, guapa!
Si andas igual, ¡mucho ánimo! Porque estando así cuesta encontrar motivos para levantarse cada mañana.
Sí, creo que en algo de lo que dices está el secreto, hay que intentar dejar la vida pasar, como hacen tantos mortales, eso sí, en mi opinión, mejor no pensar, porque si no una acaba mareada.
Y para el espíritu, cosas ilegales, jeje.
Besotes, Niña!.
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Un saludo.
Me gustó mucho, mucho tu estilo, tu ironía, tus textos. Vuelvo
Abrazo
No hay posición en la que estar para siempre comodamente, aunque también es verdad que acostado se aguanta más tiempo que con los pies pegados a las orejas!
Muchos besos!
Encantada de que te pases por aquí y dejes tus inteligentes palabras.
¡Beso!
Así que, niña imantada, aunque cueste, no te canses de volverte a levantarte y avanzar. Hay quien tiende a vivir con amargura, y al final te pasa factura.
Un fuerte abrazo.