A MI PRESENTE
Joaquín lo arrastra de seis de la mañana a una. Y seguirá haciéndolo mientras su jefe sea misericordioso.
Hace meses que las ñapas* dejaron de sonar en el teléfono del local.
A Laura, sin embargo, le importa poco la imagen de su padre con manos callosas y estómago vacío a los veinte. Ella sólo quiere seguir alimentando el suyo. Continuar besando bocas, palpando culos, dejándose llevar a los lugares más oscuros.
Pablo parece haber olvidado. Pulsó el botón delete y empezó de cero. No más derrotas, no más encierros en el bar. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse. Y a rectificar. Elena llegó sonriente y cristalina y barrió de un suspiro la tristeza de su corazón. El suyo debe ser precioso. O pecaminoso, no lo quiere saber.
Todos tenemos un pasado. La muchacha de la mochila azul, además, tiene cartucheras. Pero le ocurre algo parecido a mí. No le importa que la miren, porque lo que le gusta es lucir ese bonito pantalón vaquero y ser feliz en su presente.
*pequeñas obras domésticas.
Comentarios
Besos, guapa!
tú te mereces un ángel y con cartucheras son más auténticos!
Un besito, salao'!
Un besote gigante!
¡Besos, linda!
http://avecesmenamoro.blogspot.com/2010/04/pasa-de-starbucks.html
¡A vivir, querido Domin!