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De camino pienso que no hay ser más ridículo y estúpido que el joven universitario estudiante de Periodismo.
Y ahora si quieren atáquenme, pero recuerden que yo también crucé estos pasillos. Debo haberme hecho mayor, porque yo no me recuerdo tan a la moda, tan sobrada y tan tonta. En fin, puede ser una deformación provocada por el tiempo.
Entro y reviso una a una las puertas que están abiertas en busca de papel. Fuera quedan dos veinteañeras más cerca de los treinta que de los dieciséis. Acaban de encontrarse después de mucho tiempo, o eso intuyo yo. Me encierro y me bajo las bragas.
- Pero tía, ¿qué haces aquí? ¡Qué fuerte! Qué hace, seis años, ¿seis desde que acabamos?
- Sí, sí, mucho tiempo.
- Pero dime, bueno, ¿y sigues en la agencia de publicidad, qué haces en la Complu? Yo me he metido en el doctorado.
Nótese que una de las interlocutoras se mostraba mucho más emocionada, además de ser... digámoslo finamente: de una naturaleza diferente a la otra.
- Sí, bueno, no, estoy en una productora.
- Ah, qué guay. ¿Y qué haces, qué haces aquí? ¿Estás estudiando otra vez?- En realidad no.
Y es en este momento cuando nuestra amiga cree dar el pelotazo del siglo.
- Soy profesora en la facultad.
- ¡Qué dices! ¡Qué fuerte! ¿De Publi o de Comunicación Audiovisual?
- Estoy dando Formatos en periodismo.
- Genial, ¿no? Yo estoy haciendo el Doctorado. Estuve en agencia, superestresante, y llevo un tiempo parada. Pero no te creas, tengo muchas ganas de volver al rollo agencia, porque me gusta mucho en realidad.
- Ah, pues hace poco ví al Chori.
- ¿Ah, sí? Jope, yo hace mucho que no sé de él, pero a Elvira la tengo en el Facebook.
Las dos siguen hablando de viejos compañeros, del trabajo en la productora de Raquel (vamos a llamarla así porque tenía cara) y poco a poco el orgullo de ésta va hinchándose e hinchándose como un globo. Debe estar pensando, "ya verás cuando ésta lo vaya contando por ahí, voy a ser la envidia de toda la promoción", y mientras, Jéssica (que también tenía cara), le pregunta ilusionada, porque es pija, pero más buena que el pan.
En estas que Raquel, con un ego que le está empezando a asomar por debajo de la falda, quiere hacerse la educada (aunque en realidad quiere pisotear un poco más a su vieja compañera de clase) y entonces le pregunta:
- ¿Y cómo es que dejaste de trabajar? ¿La crisis? ¿Te quedaste en el paro?
- Ah, no, dejé de trabajar cuando nació el crío.
- ¿El crío? - decir que Raquel tiene los ojos como platos sería no ser fieles a la realidad. Los tiene como un par de paelleras del récord Fairy.
- Sí, sí, mi pequeñín, ya tiene cuatro años, espera que te enseño la foto, que no te lo crees...
Me encanta que los planes no salgan bien y quien que se cree que ha dado la campanada, acabe con la cabeza baja explicando a la futura promoción de periodistas, que nunca hay que confiarse y que la noticia puede estar donde menos la esperamos.
Comentarios
Te ha quedado una entrada redonda. Me gusta esta faceta tuya de cuentacuentos con moraleja ;)
Je.
Y estoy de acuerdo contigo... yo al menos no veía tanta gente "sobrada" cuando recorría esos pasillos...
Lo de la competitividad por cualquier chorrada en esa facultad se ha vuelto insoportable...
Nada, todo el mérito lo tuvieron ese par de señoritas que me inspiró en los baños de una facultad de cuyo nombre no quiero acordarme...
¡Feliz martes!
A tod@s nos gusta sentirnos alguna vez el centro del mundo. ¡Pero a ésta le salió mal la jugada!
Nos hemos vuelto unos abuelos de esos que dicen: ay, la juventud de ahora, ay...
;)
Cuando se te pongan tontos háblales de la crisis inmobiliaria ;) jejeje
Sí, la sobrez es una de las cosas más detestables de este mundo.
¡Que viva la humildad!
Al menos eso he aprendido yo, y por eso parece que poco a poco me voy diiiiiiiiiiiistanciando de la profesión.
¡Besos!
Debe ser duro ser dueña de un par de dedos en la frente y tener que escuchar estupideces. Porque estoy segura que esos debates de los que hablas se parecen más a los de La Noria que a una cosa razonada.
Espero que no todo sea tan aburrido como parece desde fuera.
¿No está en los pecados capitales? Pues debería, debería. A su lado el resto son pequeñeces.
Vaya,vamos a pensar igual y todo...
De verdad de verdad, la carrera donde más egocéntricos hay es Bellas Artes.
Un besazo.
Somos unos viejunos, jejeje.
Pues hale, ya tenemos el mal de nuestro tiempo dentro de los pecados capitales que a veces gusta saltarse ;)
¡Gracias Caótica!
Aunque no soy muy yo de alegrarme del mal ajeno, las cosas como son.
¡Besitos, fuente!
¿Es que el hecho de estar años sin saber nada el uno del otro no es motivo suficiente para darse cuenta lo que se importan mutuamente?
Me gusta este post.
Otras veces es puro cotilleo.
Me gusta que te guste ;)
Saluditos compi de profesión ;)