CASI (PERO NO)
Ayer casi echo el corazón por la boca. Se me revolvió todo el café del desayuno. Y todo porque me pareció verte, hierático, en el fondo de pantalla del móvil de una muchacha.
Suerte que minutos después vino su verdadero novio: calvo e imberbe.
Y esta tarde, en el Parque del Retiro, casi sufro un ataque al corazón. Por un instante pensé que eras tú el muchacho de los calzones por encima del pantalón. Suerte que era más alto, y más guapo.
No quiero imaginarme qué pasará el día que alguno de ellos deje de parecerse y seas tú.
Comentarios
El tiempo dirá, imagino, si fue suerte o desventura...
Pd: He visitado tu blog, así que, aupa Atleti, ¡estamos en la(s) finaaaaaaal(es)! ;)
Al final, llega el final.
¡Un beso, Vértigo!
PD: Bueno, para la(s) final(es) si la suerte juega de rojiblanca no voy a decir que no.
Ya está bien de ser el/la pupas (en ambos casos).
(debe ser que no lo he deseado suficientemente fuerte hasta ahora).
(últimamente estoy parca en palabras).
Pero pasa, Domin ;)
Ahí es un buen aliado.
Todo pasa, sí, y al final el recuerdo se embellece o se torna tan feo que ya no quieres recordarlo más y un día lo olvidas.
Besitos, fuente, gracias por traer hasta aquí tu sed.