LA DISTANCIA INSALVABLE

No sería justo culpar a Enero. Soy melancólica por naturaleza. 
Estoy sola en mitad de un descampado. Tengo miedo. Bajo mis pies, escombros, latas de cerveza oxidadas, una silla de playa y restos de una hoguera improvisada al compás de una rumbita mala. 

Antes, cuando quería huir de algo o de alguien, caminaba. Lo hacía sin rumbo fijo, en mis calles o en ciudades extrañas, con la mirada baja y las mejillas cortadas por el frío. Caminaba hasta que lograba que se me escapara una lágrima, era mi manera de amansar la rabia y dar salida a mi dolor.

Afortunadamente esta noche mi vecino no ha intuido las rayas azules de mi pijama bajo el pantalón. Afortunadamente, porque habría sido mi respuestas más bochornosa a la vuelta del Chino tras la ya mítica “¿y tú amigo, dónde está?”, o la descarada apología a mi novio del del bajo C.


Jamás imaginé que aquella Noche de Reyes me regalía nuestro reencuentro en Pozuelo de Alarcón. “Sabes que echo de menos tus palabras, que sigo tu blog”. Hoy te confieso que siento que no estuve a tu altura, y que últimamente me cuesta elevarme si no me tomo antes un par de cervezas.

Inseguridad. O el miedo a que tú descubras que soy un fraude. Sobre todo cuando no puedo creerte y me hago la fuerte. Porque ahora que mi vida está patas arriba, me alegro de que tú estés dentro. 

Me ha costado mucho aceptar que no puedo ser perfecta. Quizá por eso tus palabras me quemaron especialmente aquella noche. No quiero decir que tu chica ideal no exista (probablemente sí, y te esté buscando en alguna parte), lo más justo sería reconocer el miedo que me da que, más pronto que tarde, descubras la distancia insalvable que existe entre nosotras.

Comentarios

Ms Trang ha dicho que…
Lo hacía sin rumbo fijo, en mis calles o en ciudades extrañas ha noi computer , hanoicomputer

Entradas populares de este blog

B.

CÓMO NO ME VAS A QUERER

CARTA-CANCIÓN