SEA LO QUE SEA

La primavera agoniza en los escaparates mientras yo me pregunto: ¿por qué no dejo de ser la madre de todos mis amantes?


A menudo pienso en qué era de mí 12 meses antes. Mayo ha entrado en Madrid por la puerta grande y ha arrastrado ladera abajo los días tristes y lluviosos de abril y sus cajas de recuerdos. Mientras he vuelto a mis planes de soltera: beber cerveza, pensar en qué ponerme esta noche cuando salga por ahí y tomar el sol en los parques.

Nada me hace más feliz en la vida que regresar a casa sabiendo que tengo croquetas en la nevera. Extremoduro resuena por primera vez en mi salón desde que te marchaste, y sí, me he comprado un cubo para la basura, cuatro sillas y un sillón, y me hubiera gustado, sin lugar a dudas, ser el sol en tu invierno, sin tener que renunciar a no ser una chica cualquiera, pero no pudo ser.

Pienso mucho en aquella noche en que te pregunte si podía marcharme contigo y en todas las que le siguieron, subiendo juntos por la Gran Vía. No sé si sabes que no doy puntada sin hilo. Y también, que soy bastante cobarde y hago todo lo posible para no enamorarme  de ti. Porque nadie daba un duro por nosotros (ni siquiera yo) y ahora resulta que nada puede ir mejor, encajamos

Se suponía que ella era mi mejor amiga, que todos los 28 caerían en domingo hasta hacernos viejas, que lo nuestro era impenetrable, pero no he podido siquiera intuirla entre los escombros y maderas quemadas tras el desastre. Te quise mucho, te quiero, pero no puedo cargar con esta culpa en mis espaldas. Y es que, por primera vez en mi vida he salido de una peluquería observándome en los reflejos de los coches y pensando “oh, Dios mío, qué bien me han dejado el pelo, qué pibón”, y esto (sea lo que sea) hay que aprovecharlo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

B.

CÓMO NO ME VAS A QUERER

CARTA-CANCIÓN