LA ESCALERA DE INCENDIOS

Una Mahou clásica y de fondo las torres Kio. Maderas viejas y olor a pintura. No debería estar aquí, pero es que no tengo a dónde ir.

Me pregunto qué sería de mí si mañana no cogiera ese metro. Si no cumpliera tareas. Si no sonriera sin ton ni son hasta dolerme la cara. Si me marchara. Te echaría de menos, sí, pero ya he echado de menos antes

No hagas nada. Aguanta. No sabes cómo se va a poner. Mejor lo dejas como está. A ti qué más te da. Ya sabes cómo es. Es lo que nos ha tocado. Estoy cansada del miedo arrastrado de abuelas a hijas, de madres a nietas. Cansada de sostener un castillo de naipes sobre el que el lobo sopla una y otra vez. Cansada de que nunca haya salida para mí y de que acabe siempre en la escalera de incendios. Cansada de ser la heredera del árbol putrefacto que arranca la fuerza y belleza de tantas mujeres en esta familia. Necesito salirme de la foto, subirme la falda, ser la impertinente, la de mirada fuerte, la que no se deja achantar, la que no le tiene miedo al hombre, la que ya no traga.

Asumo las consecuencias, hace años que cargo con la penitencia, y me niego a que esta estúpida cadena siga reproduciéndose. Quiero mujeres libres y quiero llegar a creer que alguien me quiere.

Comentarios

Entradas populares de este blog

B.

CÓMO NO ME VAS A QUERER

CARTA-CANCIÓN