NO HAS ENTENDIDO NADA

La respetas, porque es tu madre. A tu hermana que tan dignamente sacó adelante a la familia nadie la tose a tu lado. Tus amigas son lo máximo, se bancaron a todos y ahora tienen los mejores expedientes para el doctorado. Retwitteas sobre el derecho al aborto de las mujeres y en ella, en ella admiras la fuerza de sus alas, la belleza de su libertad en movimiento... Pero no, siento decirte, chico, que no, no has entendido nada.

La señora que cocina en la universidad. Mi prima de quince que está cansada de que la silben por la calle. La que estudia en las noches para cumplir su sueño de acabar la elemental. Aquella de la que te reíste por tener piernas gordas y usar shorts. Aquella a la que aún no conoces. La chica que encontrarás en un bar. Aquella a la que después acosarás. A la que escribirás mensajes y pedirás más, insistentemente... No, ninguna de ellas quieren que las mires como a tu madre. No quieren ser tenidas en cuenta como si fueran tus amigas o tus hermanas y no, tampoco, quieren que imagines algo así sobre tu hija pequeña e indefensa.

Ellas sólo te exigen que las respetes, como me respetaste a mí y antes a otras mujeres, aunque no sepas su nombre o si prefieren ventanilla o pasillo en el avión. Porque, te lo voy a recordar una única vez, amigo, todas somos compañeras, y si nos tocas a una, no habrá clemencia, porque nos tocas a todas.

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