CERTIDUMBRES
- Mira que los mapas han cambiado. Que las isobaras ya no andan revueltas como burbujas de agua en su punto de ebullición. Que la lluvia ya está haciendo las maletas y que cuando se instale el sol, con un par de camisetas y una falda me daré por satisfecha.
Que no hay nada que me retenga aquí. Que las noches ya no son tristes, ni la dependencia uno de mis productos de primera necesidad. Que ya no creo. Que soy una atea del amor.
Que no hay nada que me retenga aquí. Que las noches ya no son tristes, ni la dependencia uno de mis productos de primera necesidad. Que ya no creo. Que soy una atea del amor.
Mírame y dime entonces: ¿Quién te dice que no me marcharé? ¿Quién te hace creer que permaneceré a tu lado cuando ya no queden en la nevera helados de café que compartir un viernes a media tarde?
¿Quién, dime, quién? ¿Quién te lo jura y perjura con tanto ahínco?
- Tus ojos.
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