PRINCESA DE CRISTAL
La princesa de cristal
se siente fuera de lugar
en este vagón
atestado de gente.
Ni sus zapatos DKNY
ni su bolso Louis Vuitton
saben de camisas de cuadros
y medias "3 por 5 euros";
por eso no sonríe,
manteniendo en tensión
el femoral
y los abdominales,
no pide perdón al pisar
o tolera el mal humor
del de al lado;
la princesa de cristal
se ha equivocado
de lugar
y ha entrado
a formar parte
de mi álbum de retazos
de esta oscura ciudad.
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Un abrazo.