MODO "MUTE"

El mundo se ha desvirtuado tanto que a veces se me hace más interesante cerrar los oídos e imaginar qué hablan sus personajes.

He cambiado el güisqui por la tila y el sonido por el silencio en mi televisor. En el canal 19, Jack Nicholson fuma en pipa vestido de traje y corbata. Al fondo le observa un policía calvo de medio mostacho mientras se rasca la nariz. Un hipnotizador ha puesto a hacer el perrito a una cincuentona en la siete, e instantes después aparece un psicólogo clínico ante el cual parece defender su innegable poder. 

El mundo se ha desvirtuado tanto que a veces se me hace más interesante cerrar los oídos e imaginar qué hablan sus personajes. "Eres una chica tremendamente inteligente", dice mi profesor. "Ya no tienes que preocuparte, estás curada", comenta mi terapeuta. "Desde que te vi  no he podido dejar de pensar en ti", me confiesa un desconocido. "Eres nuestra principal candidata, reconoce el responsable de Recursos Humanos". "Márchate, sin problema, a ésta invitamos nosotros", me sonríe una camarera.

Y es entonces cuando al llegar a casa enciendo el televisor, descuelgo el teléfono y al mirarte a los ojos no escucho nada. Hay silencios que duelen más que las palabras.

Y mientras yo sólo quiero despertarme contigo.