UNA PIEDRA ES UNA PIEDRA

Siddhartha se inclinó, levantó una piedra del suelo y la sopesó en su mano. —Esto —dijo jugueteando— es una piedra, y dentro de un tiempo determinado quizá sea tierra, y esa tierra se convierta en planta, animal o ser humano. Pues bien, en otro tiempo hubiera dicho: «esta piedra es tan sólo una piedra, carece de valor y pertenece al mundo de Maya; pero como en el ciclo de las transformaciones tal vez llegue a convertirse en hombre o en espíritu, también he de otorgarle un valor.» Así hubiera pensado yo antes. Ahora, en cambio, pienso: esta piedra es una piedra, pero es también animal, también es Dios, también es Buda; la amo y la respeto no porque algún día pueda llegar a ser esto o lo otro, sino porque es y ha sido siempre todo. Y la amo precisamente por esto, porque es piedra y en este momento se me presenta como tal; y descubro un valor y un sentido en cada una de sus venas y concavidades, en el amarillo, en el gris, en la dureza, en el sonido que emite cuando la golpeo, en la sequedad o la humedad de su superficie. Hay piedras que ofrecen al tacto una consistencia oleaginosa o jabonosa, y otras que parecen hojas, o arena, y cada una tiene sus atributos distintivos y reza el Om a su manera, cada una es Brahma, pero al mismo tiempo es una piedra, es oleaginosa o jabonosa, y justamente esto es lo que me gusta y me parece extraordinario y digno de veneración.

[texto: Siddhartha (1922), Hemann Hesse]

Comentarios

Iris ha dicho que…
Las cosas no son como parecen, pero tampoco son de otra forma.
Me encantó el texto que escogiste niña imantada.

Un beso!
Marlon ha dicho que…
acabo de descubrir tu blog por casualidad y me ha encantado.

con tu permiso, tomé prestada una foto (citando la fuente, claro).

un saludo.
marta mediano ha dicho que…
Las cosas son siempre tal y como son, Ecnil, ni más ni menos :)
marta mediano ha dicho que…
Bienvenido, Marlon, me alegra que te guste lo que ves. Ésta es tu casa.

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