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¿Todavía le das el pecho? ¿No duerme ya del tirón? ¡Vaya cara !¿Estás cansada? ¿Y entonces ya se pone de pie?

Espera que empiece a andar, te va a reventar. Una piensa que todo va a ir a mejor, y es al contrario.

Querido L., desde que estás con nosotros no paro de responder las mismas preguntas una y otra vez y de escuchar opiniones que nunca pido. Sé que hay momentos malos, sobre todo para ti, pero también sé que pasan y que si te abrazo fuerte y bailamos juntos "Salvación" de Arde Bogotá se van más rápido.

Es probable que nunca escuches de mi boca que eres lo más grande que hice en mi vida porque afortunadamente tu madre se siente orgullosa de haber conseguido otras muchas otras grandes cosas, pero eso jamás te hará menos importante.

Ya has pasado más tiempo fuera que dentro de mí y he de decirte que cada segundo contigo es un cupón premiado de Navidad. Adoro ver tu carita cuando descubres algo por primera vez y sentarme a tu lado y alistar tus juguetes y observar cómo cada vez escoges uno diferente con el que empezar a jugar. Me encanta olerte, ser tu lugar seguro cuando te duelen los dientes, estás cansado o no puedes dormir y darte mordisquitos en la barriga. Y jamás me canso de ponerte caras feas y hacer la payasa para que dejes de llorar y de brindarte mi cuerpo para que puedas escalar y practicar esa nueva cosa que acabas de darte cuenta que puedes hacer.

Tus ojos y tu lengua de trapo me recargan horas de sueño y me vacunan de gilipollas incapaces de sentir la belleza de acompañarte.

Te quiero. Me quieres. Me quiero. Nos quiero mucho (también ) ahora que somos tres.