DEL OTRO LADO
Hoy que todos se aman, que no queda espacio para el silencio y el ayuno, siento más que nunca la necesidad de desaparecer. Junto a la puerta: seis botellas de leche. El aviso de que bajo la niebla todo permanece. Puede que soplaras con fuerza, pero esta casa no es de palillos, cerda . El lobo con piel de cordero me recuerd a que pese a que me haga la entera, mi respiración aún se entrecorta ante su aliento. Ya debería saberlo: la familia es la institución social más tenebrosa que existe. Mi cartón ha perdido los números. Mis caderas se me antojan más gruesas de lo que en realidad son. El Euromillón tocó en mi barrio el verano que no estaba en casa. Todos pronuncian su nombre como un triunfador. Mi abuela ya no me convida a chocolate. Todos saben que marché. Nadie pregunta nada. Las paredes de esta casa continúan impregnadas de su olor. Él siempre gana. La pantalla de mi moderno smarthphone repiquetea. De fondo sopla Bill Evans. Cuando once años después me prometi...