Nada de lo que me rodea hoy parece tener sentido. Nada excepto esa mujer, la que aguardo, la que se marchó al baño hace cinco minutos. "No sabía muy bien cómo comportarme desde que pasó aquello el sábado pasado. No eres uno más, el domingo te estuve pensando, mucho". Primeras citas o esos momentos en que se pone el corazón sobre la mesa. Una mezcla de nervios, emoción y miedo que una trata de ahogar en cerveza. Instantes estresantes y maravillosos a partes iguales. "Sí, tú tampoco eres una cualquiera, pero quería ser sincero, yo es que ahora estoy muy loco, estoy muy loco, tía". No alcanzo a ver quién da el paso, quién señala con su labio superior que quiere bañarse en saliva. El caso es que se besan y a partir de ese momento todo será incomodidad hasta que acaben en la cama o en un portal poco iluminado, y entonces sí, no tengan que soportar la carga de la mirada del otro, sólo su cuerpo y su deseo. 11.30 pm. He cambiado el mojito por un refresco light....